Me estiré en la cama como suelo hacerlo todas las mañanas. Pero esa mañana era especial...
Sentí algo extraño, una sensación de vacío, de una necesidad que no entendía. Tal vez estaría regresando mi amiga, la gripe.Le costó dejarme.
Me levanté y salí a caminar.Me calcé los zapatos que me regaló Con un par de tacones y salí a probarlos.
No soportaba la soledad de mi habitación. Ya en la calle sentía como si alguien siguiera mis pasos. Me di vuelta varias veces y no vi a nadie.
Así fueron pasando los minutos hasta que pasé por una vidriera y ahí lo vi. Le sonreí. Era mi amigo la Sombra, tal cual me prometió estaría detrás mío siempre.Quería verlo a la cara, saludarlo, contarle cómo estaba, pero era imposible, a cada giro de mi cabeza, él desaparecía. Terminé pareciendo un perro queriendo morderse su rabo.
Asumí que iba a tener que hablar con él sin verlo.Pensé que no dejaba de ser un hombre, siempre detrás de una, pero cuando una se quiere acercar dan vueltas...uff..
Decidí que un poco de gimnasia me haría bien y nadie mejor que el gitanoardiente para hacerme mover. Bailé flamenco y me recitó tantas cosas lindas que lo empecé a mirar diferente. Qué hombre Belmar, pero inmediatamente se me cruzó su musa inspiradora, y temiendo recibir algún golpe en la cabeza, salí agradecida de la clase de baile.
Pero los síntomas no se fueron.
Caminamos mucho con mi amigo Sombra y me escuchó atentamente.
Le dije lo que sentía, sin siquiera saber bien qué era.
Como un caballero me escuchó en silencio, o yo me ilusioné que lo hizo, y yo como una dama, no paré de hablar un segundo.
Pensé que sería bueno ver una amiga, alguien que me contenga, me sentía tan sola....
Visité a mi amiga Venus...¿quién más podría mimarme?¿contenerme?
Me recibió con una sonrisa inmensa, un abrazo "apapachudo", como ella lo nombra, y me ofreció su casa.
La vi tan feliz, que no pude contarle mis cosas.No se puede sacar a una mujer que está tan enamorada de ese estado.
Hasta Sombra creo que se emocionó o tendría alguna alergia, no sé.
Los hombres a veces no comprenden estas charlas sobre el amor que tenemos las mujeres.
Le hice creer a Venus que la visita era solo para verla, conocerla de una vez por todas y recibir ese abrazo tan especial, que yo tanto necesitaba esa mañana.No podía contarle mi tristeza, ella emanaba felicidad. No quise arruinarle ese momento.
Me despedí con un beso y salimos con mi amigo nuevamente a caminar.
Cuando estaba pensando en mi estado y el por qué de esa sensación de soledad y vacío que a veces sentía, alguien se cruzó en mi camino. Se presentó como Vanmar y sin dejarme respirar me invitó a su casa. Acepté o eso creo.
En cuanto entré disfruté de la vista, qué lindo es su hogar. Me ofreció sentarme e inmediatamente se me puso hablar de sus debates. El del esa mañana eran los celos.
Yo no estaba para pensar en nada, y menos para debatir, pero le di mi opinión. Aunque me dejó en un verdadero torbellino de dudas en mi cabeza, ¡qué mujer inteligente!
Y yo justo en ese estado catatónico...
Ella se dio cuenta que algo me sucedía y me regaló una canción. En cuanto la empecé a escuchar, temblé, ¡era en francés!¡con lo que me puede ese idioma!
Temí que se me notara, no la conocía tanto, así que me disculpé y le dije que debía retirarme, que volvería pronto para que me muestre las fotos de sus amigos, su merecido premio y me deje conocerla más.
En cuanto salimos a la calle, tuve ganas de llorar. Esa canción en francés.
Justo a mi y en ese estado.
Iba a tener que ir a un médico. Fue ahí que recordé a Santiago...El Dr Amor..¡cómo no se me había ocurrido!
Corrimos hasta su casa. Nos recibió como un verdadero experto en amores.
Me adelantó que tenía un día terrible, toda la agenda ocupada. Me habló de amor y amor y amor..y cuando terminó me preguntó cómo me sentía.
La verdad yo sentía que me brotaban corazoncitos de todos lados, pero no se le puede decir eso a un médico. Le dije que estaba como nueva y él me confió sus llaves, tenía que hacer muchas visitas en ese día, me dijo que me quedara todo el tiempo que desee, y que cerrara yo su consultorio.Y se fue..
Sombra y yo nos quedamos un rato más,ese lugar era especial, corazones por todos lados, libros sobre el amor, y la agenda. No pude resistirme, la abrí y casi desfallezco.
Todas sus pacientes eran mujeres y tenía muchas visitas diarias, su trabajo era full-time.
Preferí irme antes que Sombra rompiera algo, ¡tocó todo...!
Cerramos la puerta, tiramos la llave debajo de ella y nos retiramos a nuestro retiro en movimiento.
En ese preciso instante, recordé a Lágrimas de mar. Dios qué tonta que fui...ella me iba a poder ayudar. Se nota tan segura en sus palabras.Vivía muy cerca del Dr Amor.
Sus casas estaban próximas.
Solo atiné a tocar la puerta una vez y se abrió y alguien me tomó del brazo y me metió adentro.Cuando reaccioné la vi a ella. No es una mujer, es una diosa del Olimpo.
Con razón sus escritos.Transmite pasión por donde la miren...
Me sentó en un sillón y comenzó a leerme todo lo que se le había ocurrido esa mañana, me mostró fotos, escuché su música.
Yo temí desmayarme en cualquier momento. Mi temperatura subió a más de 40°, creo que sufrí un pico de presión y temí mojarle su hermoso sillón.
Así que en un momento que volvió a su teclado para dejar sus pensamientos, le di un beso en la mejilla, y prometí visitarla nuevamente.
Salí volando de esa casa, ¡no era día para soportar esas temperaturas!
En la vereda ya pensé en Sombra con cariño, y pensé por qué si era mi guardespaldas no podía besarme como Kevin Costner a Whitney en la película. Pero no le dije nada. Eran los efectos que me deja siempre Lágrimas.
Cuando intentaba respirar más pausado y relajarme para no convertirme en una violadora serial de todo ser masculino que se me acercara, le pregunté a mi amigo si todavía estaba conmigo o se había quedado encerrado con Lágrimas ( no lo hubiera culpado).
No pude escuchar la respuesta porque sentí unos ojos dulces que me miraban fijamente.
Era Mariella, que solo me ofreció un frasquito de Miguitas de ternura, y me dijo que las tomara sin miedo. Que ese remedio era el mejor para el alma. Y se fue rapidito, iba a encontrarse con su hijo.
Qué mujer tan dulce. Me tomé varias miguitas pero mis síntomas seguían.
En ese momento un aleteo alrededor mío me distrajo. Miles de mariposas volaban alrededor.
Con lo que me gustan, las intenté acariciar, pero ellas como en un cuento de hadas, me llevaron dentro de una casita. Me recordó tanto a mi infancia, a mis héroes, Peter Pan, que mi temperatura volvió a la normalidad y mi presión bajó instantáneamente.
Ahí la vi mirandome tímidamente con una sonrisa en su rostro, estaba Mar en su Eclipse de Luna. Solo se que es amiga de Vanmar y que su casa es tan hermosa como debe ser su alma. No me habló, pero con su mirada y el aleteo de sus mariposas, me hizo tanto bien, que le agradecí y salí de ahí con una leve sonrisa.
En cuanto pisé la calle, volví a sentir esa necesidad desesperada por momentos de afecto y ni lo pensé. Volé nuevamente hacia la casa de Venus. Esta vez le iba a decir la verdad de mi visita. Ella me iba a comprender seguro.Le tengo mucha confianza, aunque nunca me puedo explicar por qué..pero es así.
Pero en cuanto me arrimé a la puerta , me di cuenta que no estaba sola.
Escuché una voz conocida y un grito: "Muuuuu.!."......:-(....
Noooooo..!! era Kroket...ni loca entraba. Es un divino pero me tortura con palabras que no conozco y además los interrumpí una vez, otro papelón más, ni loca.
Me saqué los tacones, y caminé lentamente en retirada, y dando pasitos cortos y mi amigo hizo lo mismo.Parecíamos la Pantera Rosa con copia bicolor, yo rosa, y él negra.
Observamos la casa de Venus de unas cuadras: todo era rojo, las paredes temblaban, cómo se amaban esos dos locos lindos.
Le dije a Sombra, que iba a caminar descalza, no estoy acostumbrada a los tacos altos.Le tenía que pedir clases a mi amiga la experta Con un par de tacones.
Mi caminata ya terminaba, pero estaba tan exhausta, y con el mismo vacío, que decidí regresar a mi casa.
Tenía más amigos para visitar, Keshi, una pequeña y enigmática niña australiana, que siempre me visita, Lycette, mi futura profesora de surf y Mucha con su diario Recomenzar, alguien a quien quiero conocer, pero las tres vivían lejos,son nuevas amigas y yo estaba agotada.
Otro día iría, y con más ánimo.
Así como entré a mi casa, tiré las llaves hacia arriba para que las ataje Sombra.
Al menos que cierre la puerta. Un guardespaldas ejemplar, pero no daba besos como Kevin. Empecé a sacarme la ropa de a poco y la fui tirando hacia arriba sin importarme donde cayera,cosa rara en mi, que soy tan ordenada.
Ya desnuda, me tiré en mi cama para abrazar mi almohada, y de ahí me percaté en el espejo que mi querido compañero terminó siendo sin querer un perchero, toda mi ropa cayó sobre él, pobre ángel...me soportó todo el día y yo terminó tratándolo como un mueble.
Mientras me disculpaba,y él dulcemente me calmaba, yo empecé a lagrimear pensando en el motivo de mi tristeza...mi soledad...
En ese preciso instante, sentí una mano en mi espalda, que empezó a acariciarme. No podía creer que era Sombra, lo veía de reojo en el espejo.
Esa mano siguió más abajo y las caricias se tornaron tibias. Sentí que me estaban dando una inyección de vitaminas.
No pasó mucho tiempo cuando me dieron vuelta y unos labios se juntaron a los míos.
Ahí supe quién era...
Me sentí tan feliz, que me daban ganas de llorar. ¡Nunca voy a entender el por qué lloro cuando estoy feliz!
Ya me estaba entregando por completo a esos labios y esas manos, cuando recordé qe no estabamos solos.
Abrí un solo ojo, estiré mi mano derecha, hice señas de adiós y un OK, para darle las gracias, y apagué la lámpara. Mi querido amigo y guardespaldas desapareció con una sonrisa en su rostro.
Me dieron una transfusión de amor, pasión, deseo, frenesí y todo lo imaginable.
Ahí reaccioné, era ESO lo que necesitaba.
Terminé en un estado óptimo, ideal, genial, pero como soy tan insaciable, reclamé más y no tuvieron problemas.
A esa altura ya perdí la conciencia, ni pregunté que me daban, todo lo acepté. Esos labios y manos me brindaban todo con mucho amor.
Si hubieran pintado la sonrisa de mi rostro, la Gioconda hubiera dejado de ser famosa.
Solo recuerdo haberme preguntado por qué busco afuera lo que tengo a mi lado...tal vez no está demasiado cerca, tal vez yo no lo veo, tal vez él no lo crea, tal vez lo veo poco...no quiero preguntarme más nada....
En este momento estoy sufriendo una sobredosis de AMOR y no pienso despertarme por unas cuántas horas.
Soñé en ese "viaje" que hice, que visitaba a todos mis amigos del blog...
Qué loco ¿no?....
