Una mano extendida para vos

" No tuvo una vida color de rosa". Por primera vez presté atención a esta frase.

¿Alguien tiene una vida así?

Nadie tiene una vida de ese color. No sería humano.

"Las cosas no son blancas, ni negras"..me dijeron hace unos años.

Aprendí a ver el gris. Todavía estoy aprendiendo.

La vida está llena de matices como casi todas las vidas humanas.

Estos nos hacen ver que no existe la felicidad eterna, sino solo momentos.

Momentos de los cuales deberíamos disfrutar hasta el más mínimo instante.

Porque esa es la verdadera felicidad. Estar en su búsqueda constante, nos hace recorrer un trayecto. Y así andamos por ese hermoso camino de la Vida.

Ese camino interior, porque es ahí donde ella se esconde y no la vemos.

La felicidad es parte nuestra. Está dentro nuestro. Solo que a veces la ocultamos, la alejamos, la empequeñecemos, la olvidamos. O simplemente le damos un descanso para hacer un duelo y retomar fuerzas para seguir viviendo junto a ella.

Pero sin percibirla.

Hasta los seres más solitarios y melancólicos pueden sentirse felices aunque sea un momento de sus vidas.

Siempre pensé que ese es el momento en el que dejamos nuestro egoísmo tan humano para pensar en otros seres.

Dejar que se apoyen en nosotros, escucharlos, abrazarlos, amarlos, ayudarlos.

Ofrecer un hombro, dar una caricia o simplemente hablarles si están cerca, escribirles si Dios nos alejó.

Siempre , absolutamente siempre, va a existir alguien que sufra más que nosotros. Mucho más.

En este mundo hay seres enfermos, con mucho dolor. Hay niños hambrientos. Hay personas sin ningún futuro. Hay guerras y en ellas mueren muchas personas , son mutiladas, les arrancan sus vidas sin registrarlos siquiera. Y no vemos nada.

O si lo hacemos, pero nos anestesiamos hace tiempo para poder sobrevivir. Me pregunto si eso es vivir.

Y nosotros a veces nos lamentamos simplemente porque alguien no nos llamó, porque no tenemos la familia que deseamos, porque no recibimos caricias o palabras tiernas desde niños, porque nos enfermamos, pero podemos seguir adelante.

Aún eso puede perdonarse. Aún eso no llega a ser tan doloroso como la vida de otros.

Creo que cuanto más nos alejamos de nuestro egoísmo, de ese YO que nos reclama todo el tiempo, más felices seremos.

Creo que cuanto más amor podamos dar, más amor sentiremos.

Si aprendemos más a extender nuestras manos al otro, más sentimos en paz nuestra alma.

Siempre escucho o leo: "No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti".

Estoy de acuerdo, puedo y debo no hacerlo.

Pero eso no significa que no haga nada en la vida , también puedo ser indiferente.

Y no hay arma más letal en este mundo que la indiferencia.

Prefiero decir: " Haz al otro lo que deseas que te hagan a ti".

Y lo recibamos o no, el solo hecho de dar nos hará felices.

Tal vez solo es cuestión de probar....

Gracias Mar por ayudarme y poder contar con vos...

(Eclipse de Luna)