Quise en ese momento estar en tu mente.
Quise saber qué siente un hombre cuando lo que más desea no puede tenerlo o debe compartirlo.
Caminamos mucho en la playa y hablamos poco.
Estaba todo dicho.
Tal vez arruiné todo...pero no puedo mentir.
Necesitaba que sepas la verdad.
Me miraste de una forma tan intensa. Tu mirada reflejaba tristeza o eso me pareció percibir.
No quise ponerte así.
Pero mucho peor hubiera sido más adelante.
Ocultar es tan fácil, como engañar, como mentir para algunas personas.
Pero no es mi estilo de vida.
Mentir es de cobardes y yo no lo soy. Nunca lo fui, ni lo seré jamás.
Solo que el estar con vos me hacía tanto bien, que no podía decirlo.
Y vos evitabas preguntarme. Te hubiera dicho la verdad.
Hacía tanto tiempo que no me sentía tan feliz, que temía que mi deseo de estar con alguien como vos, que llenaba todos mis vacíos, sea más fuerte.
No me hubiera perdonado el seguir en silencio y evitando la verdad.
Nunca supe cómo decirtelo, pero estaba decidida.
Escribí tantas veces y rompí tantos papeles.
Pero jamás pensé que aparecerías en mis vacaciones. No me diste tiempo.
Viajaste solo para verme.
No se cuánto tiempo caminamos, me parecieron horas.
Los dos con el agua casi hasta nuestras rodillas.
"Para que nos cueste caminar "...me dijiste.
"Para que nos duela menos vivir"...te contesté.
No me respondiste,tuve la sensación que pensaste lo mismo.
Al final de la playa, no había nadie, solo el espigón. Ya hacía fresco y esa playa era poco concurrida. No solían visitarla turistas.
Me pediste que fueramos a la casilla del guardavidas. Era uno de tus amigos. A veces pienso que tenés amigos en todas partes donde yo estoy.
Nos sentamos dentro, en el piso. Nos quedamos en silencio.
Me miraste y me dijiste " Está todo bien, creo que ya lo sabía, pero tenía miedo de preguntarte".
No te pude contestar. Me sentí culpable, no pude evitarlo.
Presentí el final y preferí mirar hacia el mar. No me agrada que me vean llorar y mis lágrimas reclamaron salir a montones.
Solo sentí tu abrazo por detrás y tus labios en mi oreja con un " Gracias, ahora te quiero más, y no quiero perderte".
No se cómo pasó, no se cómo empezaste. Las caricias eran las más tiernas que recibí en mi vida.
Sonreimos...y recién ahí pude mirarte a los ojos.
El juego terminó en la playa. Eramos dos niños. La ropa fue quedando en el camino. No nos importó el frío, no nos importó nada.
Y yo me olvidé del mundo.
Me amaste "por primera vez".
Siempre te dije que solo nosotras, las mujeres, sabemos cómo sentimos "esas primeras veces". Porque nos entregamos con el corazón, con nuestros sentimientos.
Fue hermoso.Terminamos en el mar. Logré que él nos abrazara esta vez a ambos.
No pude evitar más lágrimas.
Creí que te ibas a alejar. Te hubiera entendido, sin dejar de sufrir, pero jamás te lo hubiera dicho.
Sin embargo te quedaste, me regalaste lo más lindo, lo más preciado, lo más querido, lo único que hubiera aceptado recibir. Lo que casi no conozco en mi vida.
Un amor sin condiciones, un amor puro que vive el hoy, el momento...pero de una entrega total.
En el agua acerqué mi boca a tu rostro y después de llenarlo de besos, a tus mejillas,tus orejas, tu frente,solo pude susurrarte "gracias" al oído.
Sonreimos como dos chiquillos y nos besamos de una forma tan linda, apasionada y sincera que todavía siento tu sabor en mis labios.
Nos besamos como solo lo hacemos nosotros.
No voy a perderte, porque no voy a olvidarte.
No vas a olvidarte, porque no vas a perderme.
Estamos unidos por una forma de amar muy particular y muy nuestra.
Seguimos juntos mi amor....en esa playa, en nuestras vidas.
