

Eternamente enamorada del amor...
Para Sabrina el sexo siempre fue una mercancía de primera necesidad. Un medio de vida como cualquier otro. No conoció otra cosa por años. El sexo era algo del que ella se valía para alejarse cada vez más de ese barrio, de ese hogar. Sabrina conocía todos los secretos del sexo. Su experiencia en este campo era vasta. Había sido iniciada físicamente a la edad de diez años, en un sucio galpón, por dos jóvenes de su propio barrio. Ellos ahogaron sus gritos tapándole la cara con su propia falda, y ella encontró en el acto sexual algo doloroso y horrible. Como el hombre que ella reconocía por padre lo practicaba en la mujer que en ocasiones llamaba mamá, en un cuartucho de la casilla donde vivían, sin importarles un bledo si la chica estaba o no presente. Desde su infancia había presenciado la consumación del acto sexual en todas las formas imaginables. Desde esos años había sido víctima de ese hombre que vivía con ellas. Nunca pudo quejarse, jamás fue en privado. Su madre miraba la televisión mientras sucedía.
Las muchas caras del sexo. Ella las conocía todas y ninguna.
No le agradaba, pero a medida que fue creciendo, no pudo apartarse de esa vida.
Irónicamente la naturaleza la dotó generosamente, conviertiendola en un símbolo viviente del sexo.
Tenía unas piernas hermosamente proporcionadas, uno de los principales requisitos que exige este mundo para que una mujer sea atractiva y sobre todo en el comercio sexual.
Era dueña de unos senos el doble de grandes de como lo justificaban sus otras medidas anatómicas. Otra conveniencia en esta época en que las glándulas mamarias suelen despertar entusiasmo entre las filas masculinas.
Sus caderas eran seductoramente esbeltas y tentadoras.
Todo lo que sabía respecto al sexo, era natural en su vida que lo viera bajo un aspecto objetivo. Como un medio de ganarse la vida.
No conocía otra cosa.
Descubrió que su físico era fácilmente negociable. Hizo desde muy joven sondeos exploratorios en esa dirección, alquilando su cuerpo a los hombres y pronto entró de lleno al negocio, a una edad en que otras jóvenes piensan en los bailes y sus compañeros de colegio.
En sus comienzos para encontrarla, solo había que buscarla en los bares.
Primero en los más baratos. Lugares con albergues transitorios en las cercanías.
Nunca se esforzó en disimular lo poco que disfrutaba del oficio que había escogido.
En más de una ocasión sus clientes la llamaron "la puta arisca y arrogante" y sin duda se hacía acreedora a esa distinción. Aún cuando ella sabía devolver con creces lo que los clientes pagaban por sus favores.
Pero su desprecio hacia todo lo que se relacionaba con el intercambio sexual, nunca disminuía.
Conoció a la gente de la peor calaña, del más bajo nivel moral.
Sabrina conoció el verdadero significado del temor en sus tratos con los hombres de este submundo.
Tímidamente pero segura en la meta, fue abandonando los barrios humildes, los hoteles de baja categoría para invadir los elegantes hoteles del centro de Buenos Aires, los bares distinguidos y los fastuosos centros nocturnos porteños.
En este cambio solo descubrió que en los sitios de lujo, las cosas eran básicamente las mismas. Y que la ropa fina, los costosos automóviles y el dinero no menguaban necesariamente el deseo sexual del hombre, ni tampoco elevaban su moral.
El trabajo para ella era el mismo. Pero la paga mejor.
Además en el mundo de los ricos, practicaban la imaginación en todas sus formas.
La cuestión sexual era utilizarla para muchos otros propósitos que propiciar la reacción glandular.
Muchos porteros, botones y personal de los grandes hoteles, fueron testigos como Sabrina fue iniciada en muchos de esos menesteres.
Algunos soportables, otros no tanto. Algunos insólitos, otros enfermizos.
Voyeurs, orgías, matrimonios insatisfechos de su propia vida íntima, otros con necesidad de pruebas para divorcios de común acuerdo ambos, zoofilia, todo lo imaginable Sabrina lo sufrió en este ambiente tan de èlite .
La hermosa èlite porteña, tan orgullosa de su estirpe y apellidos.
Su vida continuó así por varios años.
Cuando rozaba los cuarenta, un hombre se cruzó en su camino.
Un hombre al que ella consideró uno más en una reunión de esa "gentuza" de gran categoría.
Pero no lo era. Él desde que la vio, la trató diferente. Jamás le propuso algo.
La contactó muchas veces y para su sorpresa, sus pedidos eran salir, pasear, tomar un café , charlar.
Fue tal su confusión y molestia , que lo dejó de atender.
No estaba acostumbrada a que un representante del otro género la trate como una mujer.
Pero él se encargó de convencerla que sus intenciones eran otras.
Y lo demostró.
Llegó a ser su marido. La sacó de ese mundo. La amó como nadie en su vida la había amado. La hizo sentir durante cuatro años una mujer,una mujer querida. Por primera vez conoció lo que era el amor.
Hoy ya no está con ella, pero sigue en su corazón.
Se fue pero le dejó lo mejor que tuvo en su vida, el mejor regalo que otro ser humano puede darle a otro , su corazón.
Hoy Sabrina , se codea con la alta sociedad, esa misma que ella conoció de otra forma. Hoy ve como hombres bajan su mirada con vergüenza cuando la ven pasar, y sus esposas la admiran y adoran.
Hoy ella sonríe..y los demás callan.
Hoy Sabrina está dedicada a ayudar a esas niñas de origen humilde, quienes solo tienen un futuro , el de ella.
A ayudar a esas jóvenes, que ya se iniciaron en el negocio sexual. Ella intenta sacarlas, las ayuda, las protege, las instruye.
Les enseña otros caminos. No trabaja sola, tiene mucha gente trabajando con ella.
Pero todo lo hace bajo el anonimato. No le interesa que le agradezcan, ni la admiren o elogien.
Su único propósito es sacarle a esa niña que lleva dentro algo de esa tristeza y sufrimiento, ayudando a otras.
Colabora con toda fundación que se dedica a este tema y su fortuna, parte heredada del hombre que tanto amó , parte su propia ganancia, acumulada con el paso de los años, es dedicada casi exclusivamente a este tema.
Cuando pude apagar el grabador, terminamos el café y Sabrina después de una pequeña charla sobre el clima en nuestra ciudad se despidió.
Antes que termine de levantarse, y en forma tan impulsiva como era mi deseo de saberlo, le pregunté su nombre.
Jamás olvidaré su mirada, no se definirla, pero tuve temor de haber arruinado todo.
No dejó de mirarme a los ojos y se volvió a sentar.
Sus palabras aún suenan en mis oídos:
"Me llamo Ángela, ese es mi nombre. Gracias por preguntarmelo."
Y vi sus ojos brillosos y una sonrisa en su rostro que me contagió al instante.
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Esta es una historia verídica. Hace años entrevisté a esta mujer, pero jamás publiqué su verdadero nombre.
Hasta hoy, que la busqué y pedí su permiso para hacerlo.
Gracias Ángela, por permitirmelo, y por hacer tanto por esas niñas en un mundo donde parece que nada vemos, nada oímos, ni nada sabemos.
Por las huérfanas de esta sociedad. Por las mujeres que son víctimas de un comercio alimentado por varios sectores sociales.
Aunque no te guste, lo voy a escribir, sos un ejemplo para muchos. Al menos para mi.
Un abrazo amiga.
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FOTOS: Don Google y un regalo de su propia producción de mi amiga , genial escritora y fotógrafa, Lady Zurikat.
Gracias Lady!!! t.q.m.
Si queres comenzar a disfrutar tu sexualidad al máximo y quedar como una princesa en la cama, deberás sacarle provecho a tus deseos y fantasías.
Armáte de "seducción" y convertite en la mejor amante del mundo.
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Estos fueron "algunos" buenos consejos de mi amada amiga "The Master" Doc en sexología y otras yerbas, durante sus talleres, cafés, charlas, etc.,siendo ambas partes de un equipo de trabajo más que interesante.
.....les aseguro que da resultados..good luck girls!!
No terminen contracturadas...
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Muchas gracias Alejo por este regalo. Besos.
Este blog apoya la Red blogger contra la pederastia
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